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Los primeros informes extraoficiales señalan que Moreira Rodríguez habría sido emboscado por hombres armados.
No se proporcionaron mayores datos de cómo se produjeron los hechos o las condiciones en que fue encontrado el cuerpo.
Un mensaje de texto enviado a celulares de personas cercanas al ex Gobernador Moreira, y que se le atribuye a éste, lamenta la pérdida y señala que era un joven promotor social que buscaba apoyar a las clases más humildes.
“Mataron a mi hijo José Eduardo, un joven limpio”, expresa el texto. “Promotor social que se dedicaba a trabajar con la gente más humilde de Acuña, Coahuila”.
Moreira Rodríguez era coordinador de programas sociales del Gobierno estatal encabezado por su tío, Rubén Moreira, quien asumió el poder el pasado 1 de diciembre.
Una de las líneas de investigación sobre la muerte, según fuentes del Estado, es una posible venganza del crimen organizado, luego de que ayer en la tarde agentes estatales del Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE) abatió a cinco sicarios tras un enfrentamiento.
Las fuentes oficiales presumieron que entre los muertos estaría un sobrino de Miguel Treviño Morales, “El Z-40″, el segundo del cártel de los Zetas.
El muerto sería Alejandro Treviño Chávez, hijo del hermano mayor de “El Z-40″, Juan Francisco Treviño Morales, preso en Estados Unidos por tráfico de drogas.
Otro de sus hijos, Juan Francisco, “El Quico”, fue detenido el 15 de junio pasado en Monterrey.
José Eduardo era el mayor de los seis hijos de Humberto Moreira y fue procreado antes de que éste se casara con su primera esposa.
El joven vivía en Acuña, de donde es originario y donde reside su madre.
El asesinato de anoche se da en medio de la ola de violencia que ha vivido la frontera coahuilense en los meses recientes y que se agudizó tras la fuga de 131 reos del Centro de Reinserción Social de Piedras Negras, el pasado 17 de septiembre.
Desde que asumió, Rubén Moreira ha mantenido un discurso duro ante el crimen organizado.
Además, en los meses que lleva en la Gubernatura, se ha cerrado la entrada a nuevos casinos, se prohibieron los tables dances y se acortaron los horarios de venta de alcohol en Coahuila.
Anoche, medios locales reportaron que, tras los hechos, el Gobernador señaló: “No me echaré para atrás”.
A través de su cuenta de Twitter, el Presidente electo, Enrique Peña Nieto, lamentó el asesinato del hijo de Moreira.
“Mi más sentidas condolencias a la familia Moreira por la pérdida irreparable de José Eduardo”, escribió. “Su homicidio no debe quedar impune”.
A la víctima le sobreviven su esposa, Lucero Davis Medina, con quien se casó en diciembre del 2010, y su hijo Eduardo Humberto, de apenas siete meses de edad y quien es el primer nieto del ex líder priista.
Venganza del narco, una de las líneas en investigación del caso Moreira
Sepelio de Eduardo Moreira, hijo del expresidente
del PRI.
Foto: Especial
Foto: Especial
MEXICO, D.F. (apro).- El procurador coahuilense Homero Ramos confirmó que la
venganza por parte del crimen organizado es una de las líneas que siguen las
autoridades en la investigación del asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez,
hijo del exgobernador priista Humberto Moreira.
Ramos Gloria detalló que se indaga la posibilidad de que el crimen se deba a una revancha luego de que agentes estatales abatieran a un sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, durante un tiroteo ocurrido en Piedras Negras, el miércoles 3.
“Hay una presunción de que el móvil fue la venganza”, acotó el titular de la PGJE, (la muerte del sobrino del Z-40), eso lo confirmó la Procuraduría General de la República (PGR).
Luego del asesinato de Moreira Rodríguez, fuentes estatales habían señalado que entre los muertos de un tiroteo en Piedras Negras estaba Alejandro Treviño Chávez, hijo de Juan Francisco Treviño Morales, y sobrino de El Z-40, cabeza del cártel de Los Zetas.
El procurador de Coahuila indicó que por el momento continúan arraigados el subdirector operativo de la Policía preventiva municipal, Rodolfo Castillo Montes, y dos agentes de la corporación.
Sobre las presuntas mantas y mensajes con amenazas contra el gobernador Rubén Moreira, que presuntamente advertían que asesinarían a algún miembro de su familia, el funcionario dijo que no existe evidencia de ello.
Humberto Moreira: la desgracia se volvió tragedia
Carlos
Ariel y Álvaro fueron los hermanos que acompañaron a Humberto en el sepelio.
Rubén no asistió. Tampoco los secretarios de su gabinete. Sólo unos pocos
alcaldes llegaron a las exequias.
Ramos Gloria detalló que se indaga la posibilidad de que el crimen se deba a una revancha luego de que agentes estatales abatieran a un sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, durante un tiroteo ocurrido en Piedras Negras, el miércoles 3.
“Hay una presunción de que el móvil fue la venganza”, acotó el titular de la PGJE, (la muerte del sobrino del Z-40), eso lo confirmó la Procuraduría General de la República (PGR).
Luego del asesinato de Moreira Rodríguez, fuentes estatales habían señalado que entre los muertos de un tiroteo en Piedras Negras estaba Alejandro Treviño Chávez, hijo de Juan Francisco Treviño Morales, y sobrino de El Z-40, cabeza del cártel de Los Zetas.
El procurador de Coahuila indicó que por el momento continúan arraigados el subdirector operativo de la Policía preventiva municipal, Rodolfo Castillo Montes, y dos agentes de la corporación.
Sobre las presuntas mantas y mensajes con amenazas contra el gobernador Rubén Moreira, que presuntamente advertían que asesinarían a algún miembro de su familia, el funcionario dijo que no existe evidencia de ello.
Humberto Moreira: la desgracia se volvió tragedia
Luego
de haberse regodeado en el éxito político, de haber gobernado su entidad y
dirigido su partido, de haber llevado a Peña Nieto a la candidatura priista,
Humberto Moreira se cayó del estrellato: Acabó perseguido por el fantasma del
fraude financiero en perjuicio del erario de Coahuila y abandonado por su
instituto político, vio rota la relación con su hermano y sucesor, Rubén
Moreira, y al final la peor de las tragedias –el asesinato de un hijo– lo
alcanza cuando el coahuilense está irremisiblemente solo.
Por Tomado de: / Arturo Rodríguez / Proceso
Dia de publicación: 2012-10-08 Publicar |
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- El asesinato del hijo del exgobernador de Coahuila fue el tiro
de gracia a un político en desgracia…
Dirigente
nacional del PRI en momentos clave –la designación del candidato presidencial de
ese partido– Humberto Moreira se había servido del poder hasta su máxima
expresión política pero acabó defenestrado ante la presión del gobierno
calderonista y el abandono que se hizo de él desde la cúpula priista, muy
preocupada por su reputación cuando se construía la candidatura de Enrique Peña
Nieto.
Humberto
Moreira usó, pues, y fue usado, como es norma en el priismo. Y en este último
contexto su hijo acabó siendo asesinado.
Como
gobernador solía confrontarse con Felipe Calderón: varias veces le recriminó la
militarización exacerbada del país. Desde Coahuila ayudó a varios de sus
compañeros de partido a ser gobernadores, entre ellos a su hermano Rubén, quien
lo sucedió.
Como
presidente del PRI consiguió apoyos estratégicos para Enrique Peña Nieto hasta
definir su candidatura a la Presidencia. Pero cayó en desgracia al revelarse que
como mandatario de Coahuila contrajo una deuda multimillonaria, que en parte se
obtuvo gracias a documentos falsos. Entonces sus compañeros de partido lo
dejaron solo.
Y
ahora su hijo fue asesinado.
Crítico
de la militarización, Moreira se convirtió en víctima de la violencia que azota
al país y en estos días sobre todo al norte de Coahuila. En sus palabras padece
“en carne propia” el saldo de la “guerra absurda” declarada por Calderón al
inicio de su mandato.
El
miércoles 3, José Eduardo, primogénito del exdirigente nacional del PRI y
exgobernador de Coahuila, fue asesinado en un paraje de Ciudad Acuña.
La
noticia se difundió con rapidez, sin que hubiera confirmación oficial hasta el
día siguiente. En el gobierno de su tío, Rubén Moreira, se cerraron todas las
fuentes de información. Dos horas después de la desaparición del joven de 25
años ni siquiera su padre estaba enterado de lo ocurrido y no fue sino hasta que
los rumores llegaron a él cuando pudo confirmar la muerte de su primogénito.

La
ausencia de Enrique Peña Nieto y de la mayoría de los gobernadores priistas fue
más notoria que las discretas asistencias de algunos peñistas: Sólo acudieron el
sucesor de Moreira en el PRI, Pedro Joaquín Coldwell; los integrantes del equipo
de transición Miguel Ángel Osorio Chong y Jorge Carlos Ramírez Marín y los
gobernadores de Chihuahua, César Duarte, y Zacatecas, Miguel Alonso.
Aunque
más tarde el exdirigente priista se reuniría con el secretario de Gobernación,
Alejandro Poiré, no hubo nadie del gobierno federal y las condolencias de Felipe
Calderón –emitidas durante un acto en Colima– estuvieron acompañadas del anuncio
de apoyo federal al estado. Los funcionarios calderonistas, como Poiré y el jefe
policiaco Luis Cárdenas Palomino, se reunieron con Rubén en Saltillo.
Mientras
en la Ciudad de México los diferentes partidos expresaban su pésame y exigían el
esclarecimiento del asesinato, la bancada del PRI en la Cámara de Diputados no
declaró nada. Incluso la columna “Bajo reserva”, de El Universal, hizo notar el
viernes 5 que “el grupo priista, bajo la conducción de Manlio Fabio Beltrones,
ni siquiera pudo dar un pésame en público” como sí lo hizo la bancada
panista.
En
Ciudad Acuña, en el centro del cortejo, Humberto Moreira devastado, rodeado de
su familia y custodiado por efectivos de la Armada, reclamó justicia y advirtió
que su hijo era una víctima más de la “guerra absurda” que se vive en
México.
En
desgracia
El
asesinato de José Eduardo Moreira ocurrió en momentos en que su padre cayó en
desgracia. Luego de haber acariciado las altas esferas del poder y haberse
colocado en la primera línea del equipo de Enrique Peña Nieto, debió salir de la
escena pública acusado de contratar de manera ilegal una deuda que ronda los 35
mil millones de pesos cuando fue gobernador de Coahuila.
Antes,
en diciembre de 2010, faltando un año para concluir su mandato, anunció que
renunciaría a la gubernatura. Abandonó el estado con señalamientos por un
nepotismo (todos sus hermanos estaban en actividades públicas) que alcanzaba su
mayor expresión en la designación de Rubén como candidato a sucederlo.
Contra
Humberto pesaba que durante su gestión ocurrió el desbordamiento de la violencia
en la región lagunera, especialmente en Torreón, donde la confrontación entre el
Cártel de Sinaloa y Los Zetas se materializaba en matanzas, tiroteos, atentados
y secuestros que azotaban en especial a la comunidad empresarial.
En
todo el estado la presencia zeta se traducía en extorsiones y desplantes de
poder que, sin embargo, no llegaban a los indicadores sangrientos de las demás
entidades fronterizas, no obstante el elevado número de desaparecidos. A la
violencia Moreira respondía con críticas al modelo de militarización y señalaba
la falta de estrategia de Calderón para combatir el problema.
(Proceso 1757).
Según
Moreira, fue por sus posturas críticas como gobernador que el gobierno de
Calderón le retenía participaciones y recursos aprobados para la entidad, además
de enfrentar cerrazón al diálogo en el gabinete federal.
(Extracto
del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1875, ya en
circulación)
Caso Moreira: amenaza cumplida
RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS / EL UNIVERSAL
lunes, 08 de octubre de 2012
Guillermo Arzola Sanmiguel, hijo del diputado del
Congreso de Coahuila, Cuauhtémoc Arzola Hernández, fue, al parecer, el último
con quien José Eduardo Moreira Rodríguez habló por teléfono. La llamada por
celular fue el miércoles 3 de octubre, 15 minutos antes de las seis de la tarde.
José Eduardo tenía previsto reunirse con el alcalde de Ciudad Acuña, Alberto
Aguirre, con quien inauguraría una pista de atletismo en la
macroplaza.
El hijo del ex gobernador Humberto Moreira le
indicó por el celular a su amigo y colaborador: "Vete al evento, yo voy a ver a
Rodolfo para ver qué quiere y te alcanzo". Pero el joven Moreira ya no llegó ni
se supo de él hasta las nueve de la noche con veinte minutos en que su cuerpo
fue encontrado sin vida, en las afueras de Acuña, con tres tiros: uno en el
pecho, otro en el antebrazo izquierdo y uno más en la nuca.
Esto consta en las declaraciones ministeriales de
Guillermo y Cuahútemoc Arizola. Este último fue quien identificó el cadáver del
joven Moreira, cuya fotografía ya circuló ayer en redes sociales y que, por
encuadre y cercanía, sólo pudo haber sido tomada por su asesino y por alguno de
los policías municipales que lo encontró.
Pero, ¿quién es ese Rodolfo que quería ver a José
Eduardo? Pues nada más y nada menos que el subdirector operativo de la Policía
Municipal, Rodolfo Castillo Montes quien, según confirmó el alcalde Alberto
Aguirre, es uno de los tres arraigados en el caso. Los otros dos son los
policías municipales José Trinidad Landeros y Víctor Carrizales
Prieto.
El arraigo del subdirector operativo de la
policía fue solicitado por la Procuraduría de Coahuila por su inicial negativa a
ser interrogado sobre el crimen, en virtud de que los investigadores estaban
enterados que se reuniría o se reunió con él. Además, se trata de un hombre que
no pasó las pruebas de confianza a que fue sometido pero que, sin embargo, era
mantenido en el cargo por el director de la corporación, el general en retiro
Javier Aguayo.
El pasado sábado 6 de octubre, poco después de
las seis de la tarde, 39 policías de Acuña que estaban de turno el día y a la
hora del asesinato de Moreira Rodríguez fueron trasladados a Saltillo, en
calidad de presentados, para ser sometidos a pruebas de evaluación y confianza,
detector de mentiras y examen toxicológico.
Todo esto fortalece la hipótesis que el crimen
organizado, con funcionarios públicos coludidos, asesinaron al más vulnerable de
los Moreira, en venganza por la muerte en un tiroteo de Alejandro Treviño
Chávez, sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, alias "El Zeta 40", segundo en
jerarquía de ese cártel de las drogas y con fuerte presencia en Ciudad Acuña,
donde el hijo del ex gobernador era delegado de la Secretaría de Desarrollo
Social del estado.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que
junto al cadáver de José Eduardo fue dejado un mensaje cuyo contenido no se
reveló. Sin embargo, después del tiroteo en Piedras Negras, en el que habría
muerto ese mismo miércoles el sobrino de un poderoso narcotraficante, apareció
un letrero que decía: "Familia por familia".
México se debate en medio de estas historias de
violencia sin que nadie tenga claro si sus problemas son consecuencia del
narcotráfico o éste es consecuencia de sus problemas. El dilema es como aquel
sintetizado en la pregunta: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?